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Nosotros
El OPSE Cuauhtémoc se constituyó el 14 de junio de 2019. En principio se integró por representantes de nueve instituciones, actores y grupos sociales preocupados por la problemática hídrica del acuífero y la cuenca de la Laguna Bustillos. Los fundadores acordaron un conjunto de estrategias, acciones y actividades orientadas a establecer un marco de referencia inter y transdisciplinario para lograr la sustentabilidad del OPSE. El OPSE Cuauhtémoc es una iniciativa que combina la observación y el análisis de cuestiones socioambientales con la participación activa de la comunidad. Es una iniciativa de investigación-acción, que busca visibilizar experiencias de manejo sustentable del sistema socio ecológico acuífero Cuauhtémoc y todos sus componentes en el área de captación (cuenca, paisajes, vegetación, áreas de recarga, áreas agrícolas, áreas ganaderas, zonas urbanas), y así contribuir a la formación de alianzas para incrementar la resiliencia de los actores locales al deterioro de la cuenca, el abatimiento del acuífero, y la escasez de agua superficial y subterránea.

En los talleres de instalación del OPSE se trazó participativamente una agenda de atención a la problemática del acuífero, consistente en acciones de investigación, variables para monitoreo, medidas a gestionar colectivamente, etc. Estas acciones han constituido el eje que vertebra las acciones del OPSE desde 2019 a la fecha.

DIAGNÓSTICO Y JUSTIFICACIÓN DEL OPSE
El acuífero Cuauhtémoc y su área de captación se sitúan entre los 28° 18´ y 28° 55´ de latitud norte, y los 106° 30´ y 107° 15´ de longitud oeste, en la región centro-oeste de Chihuahua. Superficialmente se corresponden con una cuenca endorreica de 3298.15 km2, que drena hacia un somero cuerpo de agua interior conocido como Laguna Bustillos, en la parte más baja de la cuenca. La totalidad del agua que infiltra y recarga el acuífero, se capta en la cuenca de drenaje anterior (CONAGUA, 1991), pues casi todo su parteaguas se integra por montañas y elevaciones constituidas por rocas de muy baja permeabilidad (ígneas extrusivas –ignimbritas, riolitas, dacitas, tobas, andesitas y basaltos), que impiden el flujo de agua subterránea hacia cuencas vecinas, o viceversa (CONAGUA op cit).

En las partes más bajas de la cuenca e localiza una extensa planicie de material aluvial, transformada en su totalidad por distintas actividades humanas, destacando los usos agropecuarios, con una elevada demanda de agua subterránea (COLPOS, 2007). La intensidad de las extracciones propicia desde hace décadas un balance hídrico negativo (CONAGUA, 2000), aunque una parte no cuantificada del agua extraída retorna por infiltración al acuífero, por la infiltración de sobrantes del agua de riego (CONAGUA, 2009).

Por lo que se refiere a la Laguna Bustillos, este cuerpo de agua mide poco más de 14,000 ha de extensión, y es muy importante desde el punto de vista ecológico, ya que recibe gran cantidad de aves migratorias durante el invierno (Mireles, 2013). Por la extensión y profundidad de esta laguna (hasta 6 m en la zona más profunda), se especula que puede jugar un papel muy relevante en la recarga superficial al acuífero y en la regulación del clima regional, aunque presenta niveles altos de contaminación por metales pesados (Benavides, Moreno, Sosa, Puga, & Alcalá, 2008), lo que evidencia el desarrollo de práctica productivas inadecuadas en su cuenca de drenaje. No obstante estos niveles de contaminación, en los últimos años ha ido reduciendo su superficie por la desecación e invasión de áreas inundables con fines de aprovechamiento agrícola, o la habilitación de pastizales para el ganado.

El acuífero recibe una recarga anual aproximada de 115.2 hm3/año, pero soporta la extracción de 311.28 hm3/año, generando un déficit hídrico de 197 hm3/año (CONAGUA, 2009). Este déficit, generado por la existencia de más de 1000 pozos en toda el área del acuífero (ANEI, 2012), se traduce en descensos del nivel piezométrico cada vez mayores (Figura 2), mayores costos de bombeo y un incremento de las tensiones sociales por el uso del agua subterránea (Díaz-Caravantes et al., 2013; Bravo et al., 2015). Estas tensiones se observan entre productores agrícolas, y entre productores agrícolas y los usuarios de los centros urbanos.

se distingue por la presencia de grupos sociales con antecedentes culturales e históricos distintos, quienes han construido y transformado paisajes agrícolas con distintos niveles de intensidad (Peña, et al., 2015). Se caracteriza en particular, por la importancia de su población Menonita, un grupo social vinculado estrechamente a la agricultura desde tiempos de la Reforma Religiosa en Europa, que ha transformado extensos parajes del árido estado de Chihuahua en productivos y prósperos emporios agrícolas.

Los inmigrantes Menonitas llegaron a Chihuahua entre 1922 y 1927 para ocupar los terrenos de la antigua hacienda Bustillos y anexas (Douglas, 2005), que ocupaba los terrenos actuales del área de captación del acuífero. Atraídos por un régimen de “Privilegium” ofrecido por el General Álvaro Obregón durante la tercera década del siglo XX, los Menonitas compraron 112,000 hectáreas de esta antigua hacienda ganadera, que abarcaba una porción considerable del Valle de Cuauhtémoc. Los terrenos de este latifundio no vendidos a los Menonitas se repartieron en forma de propiedad Ejidal en el marco de las políticas de Reforma Agraria, vigentes durante el siglo XX en México (Castro-Martínez, 1999:192), o bien se vendieron bajo los regímenes de Propiedad Privada o de Colonia agrícola (Castro-Martínez, 2000) a ex-trabajadores y ex-peones de la hacienda, básicamente población Mestiza.

Derivado del proceso anterior, casi la tercera parte del acuífero y su área de captación es propiedad de los Menonitas (Figura 3), fundamentalmente las áreas bajas de la cuenca, con mayor capacidad agrológica y de extracción de agua del subsuelo. La superficie restante se distribuye entre la población Mestiza, en forma de Propiedad Ejidal, Propiedad Privada y Colonia Agrícola, esta última una forma de propiedad que se promovió en Chihuahua durante los primeros gobiernos de la posrevolución en México (Peña, et al., 2015).

La propiedad de la población Mestiza se ubica generalmente en las áreas de piedemonte y parteaguas de la cuenca, en zonas cuyas condiciones biofísicas (pendiente, pedregosidad, tipo y profundidad del suelo) determinan menor capacidad de extracción de agua subterránea, y limitan a formas de agricultura sustentadas en cultivos de temporal. Para subsanar esta desventaja, la población de ejidos y muchos productores privados, también practican la ganadería extensiva en praderas y potreros ganaderos, que han abierto a costa del Pino-Encino y matorrales de piedemonte.

Contexto actual y tendencias futuras de aprovechamiento del agua subterránea
La producción agrícola se sustenta en dos cultivos principales: el maíz y la manzana, cultivados en cada caso con niveles de tecnificación y equipamiento que dependen de la capacidad económica de los Productores agrícolas. El maíz, por ejemplo, se cultiva en dos modalidades de equipamiento: en la modalidad intensiva de riego, utilizando agua del subsuelo (irrigación por gravedad mediante inundación de surcos) y con gran cantidad de subsidios agroquímicos; y en la modalidad de temporal, sujeto a las precipitaciones naturales, usualmente con menor acceso a semillas mejoradas, fertilizantes, etc; pero muy a menudo bajo formas productivas que favorecen la erosión del suelo. La primera modalidad de cultivo se realiza fundamentalmente por Productores Menonitas en las partes más bajas y planas de la cuenca, mientras que la segunda, se desarrolla básicamente por Productores Ejidales, Colonos Agrícolas o Productores Privados, en áreas de piedemonte, y zonas cercanas al parteaguas.

La intensificación agropecuaria, así como el crecimiento urbano desordenado, favorecen mayor extracción de agua del subsuelo, y propician conos de abatimiento mayores. Este fenómeno encarece los costos de extracción del agua, pues reduce la eficiencia electromecánica de los equipos de bombeo (Román-López, Catalán-Valencia, Insunza-Ibarra, & Villa-Castorena, 2012), incrementando la cantidad de energía eléctrica requerida para realizar las extracciones. Este factor se volvió crítico el año 2023, pues la red de distribución no fue suficiente para dar abasto a las necesidades de los productores agropecuarios. Transformadores quemados, motores de bombas averiados, constituyeron un problema fuerte para los productores agrícolas de maíz y manzano en la región.

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Misión

Nuestra misión es servir de plataforma para la comunidad local, investigadores, sector público, sociedad civil y demás actores interesados, para abordar de manera colaborativa el sistema socio ecológico acuífero Cuauhtémoc y su cuenca de captación. A través de la recopilación participativa de datos, el análisis interdisciplinario y transdisciplinario, y la acción conjunta, buscamos contribuir a la sostenibilidad de este sistema socio ecológico, promoviendo además la resiliencia hídrica.

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Visión

Nos visualizamos como un referente en iniciativas para la investigación, gestión, manejo participativo y la sostenibilidad del sistema socioecológico en nuestra región. Queremos ser un espacio de cooperación y aprendizaje continuo, donde la sociedad civil, los académicos, los artistas, y el sector gubernamental, trabajen juntos para lograr el desarrollo sostenible, promoviendo un futuro en el que todos los habitantes disfruten de un acceso adecuado al agua y vivan en un entorno saludable y sostenible en el largo plazo.

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Objetivos

1.- Aumentar la co-generación de soluciones efectivas para el SSE con proyectos co-diseñados/participativos a fin de combatir a nivel local la desertificación y facilitar a la adaptación/mitigación al cambio climático.
2.- Formar comunidades de aprendizaje y parte de la plataforma nacional del Repositorio Participativo del Desierto (RPD), para contribuir con capacidades y nuevos conocimientos útiles a cambios y transformaciones socioecológicamente pertinentes.
3.- Fomentar la competencia intercultural y estrategias equitativas de comunicación con el propósito de motivar nuevas sinergias y dar continuidad del enfoque transdisciplinario mediante la generación de alianzas multisectoriales a favor de la sostenibilidad.